Llíria posee los restos de la que fuera una de las ciudades ibéricas más importantes.
Esta ciudad, con cerca de 10 ha. de extensión, llamada Edeta, fue sede administrativa y centro de poder de Edetania, un gran territorio que se extendía desde el río Júcar hasta el Palancia. Edeta presenta un urbanismo complejo a base de calles adaptadas al desnivel del terreno donde se ubican casas construidas con zócalo de piedra y adobes.
Este yacimiento arqueológico ha dado el mejor conjunto de cerámica pintada de toda la cultura íbera. El conjunto se expone en el Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia. De las numerosas piezas que lo componen, destacan el Vaso de los Guerreros y el Khalatos de la Danza.